Annades: marzo 2009

El encuentro arcoiris es un encuentro de paz, permacultura y armonía con la naturaleza y con el cosmos.
Las reuniones del arcoiris tienen como objetivo difundir la semilla que plantaron en la década de los 70 los ecologistas australianos Bill Mollison y David Holmgren con el libro Permaculture One.
La permacultura es la armonía en el plano material.
Una forma de vivir y de trabajar respetando la biodiversidad y el entorno. Ecoaldeas, huertas orgánicas, cultivos biodinámicos. Una comunidad viviendo en un bosque sin alterar en absoluto su entorno y en completa unión espiritual con la tierra, el cielo, el agua y todos los seres que convivian con ellos.
Un mensaje de amor hacia el planeta y hacia todos los seres del universo, es lo que intentan transmitir en cada uno de sus encuentros, abiertos a todo aquél que esté dispuesto a abrirse, respetar y disfrutar del contacto pleno con la naturaleza.

Este encuentro arcoiris se celebró en los bosques de Coñaripe, a 7 km del pueblo camino a las termas y reunió familias y jóvenes de todas las regiones de Chile, así como de otros países y continentes.
Un espacio de esperanza, de sanación del alma, de desconexión. Sí, es posible vivir en armonía con el planeta, es posible y no es tan difícil. Basta con compartir la experiencia del arcoiris para verlo, para despertar esa inquietud y empezar poco a poco. Primero reduciendo el consumo, después adquiriendo hábitos más sostenibles.
Seguro que muchos lo habréis pensado: esto pinta a secta. Incluso yo lo pensé cada vez que oía a la gente cantarle a la vida y al amor con tanto entusiasmo. Pero no, no es una secta. Allí nadie pide dinero, nadie pide nada que no sea compartir o al menos respetar el objetivo del encuentro. Cada uno puede ser allí lo que es o lo que quiere ser, o quizás lo que siempre quiso ser o siempre fue y no se atrevió a mostrar.
Es un modo de vida que se puede compartir o no. No hace falta cantar canciones alrededor del fuego ni abrazar a los árboles para llegar allí y sentirse uno más, vivirlo y sentir que es posible. Y volver cambiado, limpio y contagiado, al menos por unos dias, de ese amor y alegría hacia todas las cosas.