jueves, 12 de marzo de 2009

Lo que fue de mi en todo este tiempo ( Capítulo II )

Valparaíso
Valparaíso es una ciudad hecha de casitas de colores, apelotonadas en cierros a los que se llega por calles tortuosas y empinadas, formando un paisaje urbano ondulado y único.
Chile, el pacífico... al cruzar la sierra andina y dejar atras el Aconcagua, todo es diferente.
El colorido de las calles y de las casitas de chapa y madera alegra la vista. También son coloridos los colectivos y el trolebús, que se mueve por la ciudad siguiendo el cableado imposible, más parecido a un ovillo o un nudo inmenso de poste a poste eléctrico, pero que da un toque más que característico y pintoresco en el lugar.
Para subir a los cerros también hay una especie de cajones elevadores, como ascensores que suben y bajan a las personas como si fueran muebles en una mudanza.




































Valparaíso es una ciudad viva, joven, artística, cultural. Los muros hablan con pinturas y murales, Allende sigue vivo en muchas pintadas y graffitis, las calles hierven de juventud.
El clima en Valparaíso es suave, como corresponde a una ciudad costanera, pero el agua del mar es helado y oscuro como en un país norteño. Nada que ver con la imagen mental de Pacífico que tenemos muchos en la cabeza.

Una ciudad para vivirla. No solo para visitarla.


























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