En el sexto piso del edificio de la calle Venezuela donde se encuentra mi hogar, hay una hermosa terracita, soleada todo el día, donde los vecinos suben a tender la ropa y yo subo a desayunar.
Me gusta desayunar con el sol en la cara, pero depende si es ya avanzada la mañana, conviene buscar la sombra aunque sea de una camisa, porque las baldosas del suelo arden y el calor primaveral de este noviembre azota demasiado fuerte.
Puesto que en mi departamento no entra el sol (eso nos permite tenerlo freskito con estas altas temperaturas) hace poco me compré un melón amarillo y subí a darme un baño de noviembre tropical.
2 comentarios:
bonito lugar, ¿cuantas noches de verano allí arriba? mejores fotos!
ahora pusieron luces y ya no se puede subir por la noche.. perdió toda su intimidad, adiós a las noches de cervecita y velita en la terraza! en fin, que le vamos a hacer...
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