martes, 17 de marzo de 2009

Isla grande de Chiloé


Isla Grande de Chiloé se encuentra en el archipiélago de Chiloé, en la décima (también llamada región de los lagos, con capital en Puerto Montt) de las 15 regiones de Chile.
Como es una parte relativamente austral del país, el clima es frío sobretodo durante la noche. Aunque el sol antártico quema fácilmente las pieles desprotegidas, el viento siempre sopla helado, sobretodo si viene del mar.























La isla de Chiloé me pareció un lugar remoto, con tradiciones antiguas que se conservaban vivas y latentes, debido a que el mar las separa y aisla del resto de Chile.
En Chiloé la mitología y las supersticiones son el pan de cada día en la vida de los habitantes de pueblos como Dalcahue, Quemchi, Cucao. Los brujos son los que tienen el poder de decidir sobre la vida y la muerte y se reunen en Quicavi, en la cueva de los brujos.
La mitología chilota se remonta a cuando los indígenas chonos y hulliches poblaban la isla.
Cuentan las leyendas que muchos hombres no volvían a casa jamás si salían por la noche, y sus mujeres, abandonadas, aseguraban que el Caleuche (un barco fantasma bellísimo) se los había llevado.
También se habla por toda la isla de un pájaro llamado tetue, que cuando se posaba en el tejado de una casa y cantaba "te-tue" "te-tue" anunciaba la muerte de alguien en esa casa. Pero los pueblerinos, acostumbrados a la astucia de los brujos, dicen poder sobornar el totue, pidiéndole que se marche y no traiga malos augurios dándole a cambio comida o dinero.
Se dice que el dia siguiente de pedir al totue que se marchara, un brujo iba a la casa a pedir su paga a cambio de no enviar al pájaro de nuevo.

Se podría hacer una lista interminable de motivos por los cuales visitar Chiloé. Su historia fantástica, plagada de seres mitológicos y cuentos mágicos, a medio camino entre la fantasía y la realidad, es uno de ellos.
Otro de los puntos fuertes de la isla es la gastronomía. Pescados deliciosos, sopas de mariscos, muchos productos del mar pero también de la tierra. Famosas son sus saborosas papas y sus carnes. Uno de los platos imperdibles de la zona es el Curanto al hoyo, un plato compuesto mayoritariamente de mariscos que se cocina en un hoyo cavado en la tierra y con piedras calentadas al fuego. El nombre viene del mapudungun Kurantu, que significa pedregal.
Las ferias costumbristas, numerosas en el frio verano isleño, ofrecen una oportunidad única para probar el curanto, los anticuchos, las empanadas de marisco, las papas rellenas y un largo y delicioso etcétera, todo por un más que asequible precio en pesos chilenos.

Un motivo más de visita són las iglesias patrimonio de la humanidad, independientemente de las creencias de cada uno. Muchas de las iglesias de la isla han sido construidas enteramente de pequeños tablones de madera, y hechas a mano por completo. No se puede negar, pues, el mérito de eso.

La cultura, la tranquilidad y humildad de sus gentes y las maravillas naturales de la isla fueron lo que más me cautivó.
En un pueblo llamado Cucao, que más que un pueblo es una aldea de no más de 6 casas ( a parte de hostales y campings que han ido creciendo debido a la cada vez más afluencia de visitantes y mochileros) se encuentra un parque natural con vegetación tan insólita como el árbol llamado tepú. El tepú tiene un tronco de color rojizo que tiñe las aguas de los riachuelos y lagos que pasan cerca de él. Es por eso, que el lago Huillinco, que pasa por los pies de un tepual, tiene un color que recuerda al té rojo, pero transparente, como si no fuera más que agua colorada.

Al adentrarse en el parque nacional, los tábanos empiezan a rodear todo ser vivo, convirtiéndose en más que molestos satélites (llegando a la posibilidad de arrastrar a más de 5 o 6 por persona) que si no muerden, te vuelven loco con sus vueltas y su zumbido monótono a tu alrededor.

Chiloé es, pues, destino muy recomendable para todos aquellos que busquen paz y tranquilidad, pero también quieran conocer historias increíbles, buena gente, una cultura más que peculiar y llenarse los ojos y los corazones con la magia de la isla.






1 comentario:

macro dijo...

siempre he dicho que quiero terminar mis dias en Chiloe. amo esa isla (salvo quellon)